FULGOR FATÍDICO
(Aventura de D&D 5ª versión para personajes de nivel 3)
Un enano llamado Okkar Ojosfieros se os ha acercado en la posada que frecuentáis últimamente. Dice haber escuchado historias de las hazañas que habéis logrado, os invita a una cerveza y comienza a hablaros:
"Yo soy Okkar Ojosfieros, un enano errante, una subraza de enanos dedicados a buscar asentamientos perdidos en los que establecerse. Yo estoy decidido a recuperar la Mansión de Manoacerada. El clan Manoacerada de los enanos explotó las altas montañas durante siglos, extrayendo ricos depósitos de oro y hierro. Los Manoacerada eran un clan pequeño por lo que se vieron obligados a trabajar vetas de mineral muy separadas entre sí. Casi todo lo que extraían lo llevaban a un caserón central, la Mansión Manoacerada, cuya ubicación es, hoy en día, desconocida.
Para proteger sus minas, muy separadas entre sí, los Manoacerada construyeron fortalezas encima de ellas. Una de éstas fortalezas se llamaba el Nudillo y yo la he encontrado.
En el Nudillo aconteció un terrible mal, puesto que los mineros que allí trabajaban acabaron encontrando una veta de oro gigantesca lo que desató el "aurrhrek" en todos los enanos que allí vivían... Por tu gesto, Moldan, veo que sabes perfectamente de lo que hablo.
El "aurrhrek" podría traducirse al común como "fiebre del oro", es una verdadera maldición que puede afectarnos a los enanos y a los habitantes del Nudillo los destrozó. La locura se apoderó de ellos y ya nada les importaba salvo el oro, ni familia, ni amigos, ni clan... El "aurrhrek" hizo que se obsesionaran de forma malsana por poseer todo el oro posible y que desearan matar a sus vecinos, compañeros, familiares y antiguos amigos por hacerse con su parte del botín. Ni siquiera el sacerdote del Nudillo se libró del "aurrhrek". Renunció a nuestros dioses y comenzó a adorar a una deidad ancestral y oscura para invocar maléficos poderes con los que aniquilar a sus compañeros y asumir el control de la mina.
Las leyendas enanas conocen hoy en día a éste sacerdote maligno con el nombre de "Tripascodiciosas" y la maldición divina que conjuró se conoce como el "fulgor fatídico", la cual cayó sobre los mineros y los transformó de forma horrible.
Mientras tanto, los enanos de Mansión Manoacerada tenían sus propios problemas puesto que una horda de orcos y goblins asedió el caserón para hacerse con sus riquezas, lo que finalmente consiguieron tras haber matado a todos y cada uno de los enanos que allí vivían.
He buscado durante meses en las montañas y no he encontrado aún Mansión Manoacerada pero sí he encontrado el Nudillo. Cuando entré tuve que luchar contra unos fantasmas enanos con trozos de mineral incrustados en sus cuerpos cadavéricos que, al tocarme, dejaron mi piel rígida, insensible y fría. Tuve que salir de allí para salvar la vida pero pasados unos días me recuperé por completo de éstas heridas. Ahora estoy listo para volver, aunque espero no hacerlo solo.
Mi oferta es simple: acompañadme al Nudillo y expulsemos a las criaturas que lo habitan para purgarlo de todo mal. A cambio el tesoro que encontremos se dividirá en partes iguales. Una vez limpio el Nudillo tal vez reabra las minas y me establezca allí con más enanos errantes, y ¿quién sabe?, si encuentro la localización de Mansión Manoacerada tal vez os llame de nuevo para ayudarme a matar a los orcos y a los goblins ¿qué decís?"