miércoles, 21 de marzo de 2018

DERAKOL (CRILSANGRE)





1. ENCRUCIJADA DE LOS AHORCADOS.

Cuando un viajero viaja para llegar a Derakol desde el interior de Umbra, generalmente llegará navegando por el Río Nocturno y arribara al Puerto de Nocturnia. En ése caso deberá incorporarse al Camino de la Sombra atravesando los 4 kilómetros del Camino de los Nobles para llegar entonces a la Encrucijada de los Ahorcados. Si un viajero viaja a Crilsangre desde el exterior deberá atravesar el Camino del Sol e incorporarse al Camino de la Sombra en Encrucijada de los Ahorcados. Aquí ya no hay esclavos ahorcados insubordinados, como los hubo hace muchísimos siglos, tan sólo unas pocas posadas de mala muerte que intentan sobrevivir de los viajeros y comerciantes que llegan a menudo, ya sea del exterior de Umbra o del lejano (y temido por la mayoría) interior del "país" de los umbríos.


2. PUERTA DE LANJANNA (Y LINTERNA DE LANJANNA).

Hace más de quinientos años ésta era la Puerta de los Enanos, pero entonces Lanjanna Dhel, lejana y advenediza pariente del actual Señor de Crilsangre, Dhermiz Dhel (y también su más aventajada discípula), protagonizó un intento de golpe de estado. Todos los que lleguen a la puerta principal de Crilsangre verán a su lado una jaula que cuelga de una gruesa cadena y en cuyo interior arde continuamente, y de forma mágica, el esqueleto de un humanoide. Son los restos de Lanjanna, es una advertencia, es un recuerdo de quién gobierna la ciudad y de cual puede ser el final de todo aquel que ose contravenir al Señor de la ciudad.


3. FUENTE DE MERILKIA (FUENTE DE LAS TETAS).


Al entrar por la Puerta de Lanjanna estamos visitando la parte más antigua de la ciudad. La primera fuente de agua pública que se construyó fue una construcción de los enanos, pero en cuanto los umbríos pasaron a controlar la ciudad remodelaron la fuente y la remataron con una escultura de Merilkia que la representa apretándose los pechos, de los que salen dos generosos chorros de agua dulce. Es por eso que ésta es más conocida como la "Fuente de la Tetas". Tal vez fuera por lo impúdico de la escultura o tal vez porque éste es el primer lugar que visitan los viajeros pero alrededor de la fuente se ha formado uno de los barrios más infames de la ciudad: el Barrio de los Pañuelos, allí donde la mayoría de las prostitutas ejercen su trabajo con sorprendente libertad.



4. TORRE DE MILGUERVAR O TORRE DE LOS GUIVERNOS.

Varguervar y Milguervar Dhel fueron dos hermanos mellizos umbríos que gobernaron desde aquí la ciudad en sus inicios (hace unos 12 mil años). Descubrieron que en las, relativamente cercanas, montañas del noreste había numerosos nidos de guivernos, poderosas criaturas que cazaban y sobrevolaban el mundo del exterior. Ellos crearon el cuerpo de guerreros-esclavos llamados Linterneros que custodiarían desde entonces la seguridad en Crilsangre, ellos estudiaron maneras de domesticar a los guivernos para usarlos como bestias de guerra y de guardia para mayor gloria y prestigio de Crilsangre. Milguervar sobrevivió a su hermano Varguervar, quien no se sabe bien si murió envenenado por el guiverno que cabalgaba o por el poderoso mago de su hermano.


5. PUERTA DE LOS ORCOS (Y CAMINO DE LOS ORCOS).

Hay muchas labores que ni los umbríos, ni sus guardias no-muertos (tumularios, es lo que son ahora  los Linterneros), pueden hacer con la eficacia esperada y la mayor de ellas es patrullar las fronteras del exterior. Para ésto Crilsangre tiene un gran cuerpo auxiliar de mercenarios orcos que hacen las labores de guardia en el mundo exterior. La mayor parte de éste ejército de orcos vive en las grutas del noreste, grutas que antaño sirvieron de guarida para los guivernos, pero muchos de ellos tienen algunas labores que hacer en la ciudad.


6. TORRE DE HIERRO.

Cuando la ciudad comenzó a expandirse los enanos libres (que siguen siendo la mayor parte de la población libre de Derakol) creyeron oportuno alejar sus negocios de herrería de las posadas de los humanos, de las extravagantes tiendas de los gnomos y de las malolientes y deslucidas viviendas de los esclavos, y fueron confluyendo sus negocios en una de las zonas de expansión, alrededor de la Puerta de los Orcos. Fue así cómo se creó el Barrio del Hierro, que también es conocido como "el barrio de los enanos". Los umbríos construyeron ésta torre para albergar la guardia del barrio al mismo tiempo que construían la Torre Podrida (7) en el Barrio Sucio, para controlar el barrio de los esclavos.


7. TORRE PODRIDA

Al mismo tiempo que se construía la Torre de Hierro (6) se estaba construyendo la Torre Podrida, durante una de las muchas fases de ampliación de la ciudad. Al principio recibió el nombre de la Torre del Látigo pero como desde hace unos dos mil años (desde que Dhermiz Dhel convirtió a los Linterneros en no-muertos) se usa para colgar a los esclavos rebeldes o que cometen algún crimen, ha terminado por conocerse de forma oficial por cómo huelen los muchos cuerpos en putrefacción que decoran los muros de la torre. Para los guardias es una suerte estar no-muertos, no sufren en absoluto el olor que la torre despide.


8. POZO DE LOS LAMENTOS

Un enorme pozo público del que los esclavos obtienen el agua potable para su uso personal en el interior de la ciudad. Es viejo y antiguo, como muchas de las esclavas que van a diario a él llenando  sus calderos con agua al mismo tiempo que llenan la plaza con sus quejidos y suspiros.


9. PUERTA DE LOS ESCLAVOS (Y CAMINO DE LOS LAMENTOS)

Como su nombre indica la Puerta de los Esclavos no es utilizada por ningún viajero ni ningún comerciante, solo los esclavos la atraviesan todos los días para ir a trabajar a las grutas del Cañón de la Noche, allí donde se cultivan la mayor parte de los hongos que la ciudad necesita para las linternas (el hongo fosforescente ormu). Los esclavos la atraviesan todos los días junto con los capataces y mercenarios orcos, así como algún que otro Linternero, encargados de vigilarles. En la otra orilla del Río Nocturno los esclavos cultivan otras variedades de hongos como el nimergan o el trillimac. Un estrecho camino, conocido como el Camino de los Lamentos, conduce al Cañón de la Noche; tanto en las murallas por encima de la Puerta de los Esclavos, así como en las alturas a lo largo de todo el Camino de los Lamentos, un gran número de mercenarios orcos y de Linterneros alados (montados en guivernos) vigilan que todo esté en orden cuando los esclavos van y cuando regresan.


10. TORRE DE LAS MONEDAS

Segor Dhel, que gobernó la ciudad hace unos cinco mil años, construyó ésta torre para gobernar desde ella y a la que llamó entonces la Torre de Segor. Es la segunda construcción más grande de Derakol (por detrás de la Torre de la Decepción (12)) y fue el propio Segor quien impuso que sirviera como la ceca de Crilsangre, donde se acuñaban las monedas de la ciudad, en lugar de la Torre de Hierro, que era donde antes herreros enanos acuñaban las monedas. Esclavos enanos herreros son los que hoy acuñan las monedas de la ciudad en ésta torre, que es un auténtico fortín lleno de Linterneros dispuestos a matar a cualquiera que ose entrar en ella para robar.


11. FUENTE DE LAS CAPAS

Antiguamente el actual Barrio de las Capas formaba parte del Barrio Sucio pero los esclavos umbríos que buscaban agua para sus amos del Barrio Alto no tenían otra Fuente más cercana que la Fuente Alta. Los esclavos umbríos, que vestían mucho mejor que otros tipos de esclavos, se veían obligados a disfrazarse con ropas mucho más bastas que las que solían usar, además solían cubrirse la cabeza y la cara para evitar ser identificados por los demás esclavos y sufrir sus represalias. Cuando Dhermiz Dhel llegó al poder, hace más de dos mil años, impuso que en la zona alta del Barrio Sucio vivieran los esclavos umbríos, pues a los ojos de la sociedad umbría eran mejores que los esclavos de otras razas, creándose entonces el Barrio de las Capas, donde son ahora los esclavos de otras razas los que se sienten intimidados al ir a recoger agua de ésta fuente pública.


12. TORRE DE LA DECEPCIÓN

Dhermiz Dhel fue quien mandó construir ésta enorme torre, que más bien es un complejo castillo, el edificio más grande de Crilsangre. Recibe el nombre de Torre de la Decepción porque a todo aquel que tenga alguna queja, y quiera entrevistarse con el Señor de Derakol, se le invita entrar en el edificio... la puerta está abierta de par en par, lo que ya es más difícil es que uno pueda salir con vida. El interior de la enorme torre central es un gigantesco laberinto lleno de trampas y, según dicen, también de criaturas peligrosas y hambrientas de estúpidos dispuestos a jugarse la vida entrando en la construcción. Cuatro torres más pequeñas flanquean la torre principal, pero no tienen comunicación ninguna entre ellas, sirven de cuarteles generales para una multitud de Linterneros que custodian la seguridad de la ciudad. La Torre de la Decepción propiamente dicha culmina en una enorme plataforma desde la que van y vienen los guivernos de los Linterneros y también el del propio Dhermiz Dhel, en las contadas ocasiones que el Señor de Derakol sale de la sede de su poder.


13. PUERTA DE LA LOCURA (ÚLTIMA LINTERNA Y CAMINO DE LOS LOCOS)

La puerta noroeste de Crilsangre, la que conduce al interior de Umbra, no suele usarse demasiado. Todo aquel que lo haga será calificado de loco, incluso por los propios umbríos que optan por la navegación fluvial atravesando el Río Nocturno para ir o venir de otras regiones de Umbra. Dicen que el Camino de los Locos se bifurca varias veces kilómetros más lejos, ya sea para llegar a Lago de las Apariciones, a Roca Oscura o a Montaña de Plata. Dicen también que el que se atreva a recorrerlo tendrá que superar numerosos peligros entre los que se incluyen manadas de bestias trémulas, manadas de chuuls, tribus de gnolls, clanes de horrores ganchudos y moles sombrías.


CASTILLO DE LOS GUIVERNOS, LOS TEMPLOS Y EL POBLADO DE ESCLAVOS.

El Castillo de los Guivernos fue construido por Varguervar y Milguervar Dhel para domesticar a los guivernos que encontraron en las grutas de las montañas del noreste. Hoy en día ésta gigantesca construcción sigue sirviendo para éste propósito, además de ser el lugar en el que los Linterneros se entrenan, cuando aún viven y son unos simples aprendices, para pasar a engrosar las filas del cuerpo de guardia de Crilsangre si Dhermiz Dhel lo considera oportuno o lo considera necesario. Hay un rumor que dice que ésta es también la sede de una escuela de magos umbríos dedicados exclusivamente a la cría de los guivernos, pero es sólo un rumor, nadie puede asegurar que realmente éstos magos existan.

Antiguamente los templos de diferentes dioses estaban esparcidos por las afueras de la ciudad pero Dhermiz Dhel ordenó levantarlos todos piedra a piedra y volver a colocarlos juntos en el interior de la ciudad, en una zona de su interés, una zona de ampliación de la ciudad entre los barrios de el de las Capas, el del Oro y el Barrio Alto. Los templos existentes en Crilsangre son: el Templo de Isderin (que los enanos conocen con el nombre de Valkur), el Templo de Merilkia, el Templo de Abozamel, el Templo de Serhara (también conocida por los humanos como Severa y que los umbríos, enanos, gnomos y orcos llaman "la diosa de los humanos") y el Templo de Undoré.

El Poblado de los Esclavos es una simple aldea llena de casas humildes y pequeñas para todos aquellos esclavos que cultivan en ésta orilla del Río Nocturno los hongos trillimac y nimergan. Un pequeño destacamento de Linterneros vigila que ninguno de éstos esclavos se amotinen o se fuguen.


sábado, 10 de marzo de 2018

JACE JUKASSA


"No hay emoción; hay paz.
No hay ignorancia; hay conocimiento.
No hay pasión; hay serenidad.
No hay muerte; está la Fuerza."

El Código Jedi


Jace Jukassa
Jace Jukassa


Jace Jukassa es el único hijo de Omalina Jukassa, la bailarina preferida de Tuss Madara, un importante magnate de las carreras de repulsores del Sistema Met-Suke, quien es su verdadero padre, pero que nunca lo ha reconocido.

Cuando Omalina murió dando a luz a Jace, Tuss, su padre, se hizo cargo de él y de su educación como si fuera un hijo adoptado o un sobrino, más que como su propio hijo. En realidad Tuss culpaba al niño de la muerte de la única mujer a la que había amado realmente, pero el parecido del crío con su madre le hacía también recordarla.

Así que a pesar de sus sentimientos de amor-odio hacia Jace le dio niñeras, profesores y muchas maquetas de los modelos de naves repulsoras que poseía y con las que obtenía muchos beneficios. Así que realmente Jace creció sin verdadero amor paternal (ni maternal) y con un gusto obsesivo por los repulsores, ya que en las máquinas era en lo que mejor podía confiar, e incluso, tristemente, de quien recibió más cariño siendo un niño.

Los profesores de Jace pronto se dieron cuenta de sus habilidades con las máquinas, puesto que a edad más temprana de lo normal era capaz de comprender los entresijos mecánicos de un repulsor e incluso repararlos y mejorarlos. Pronto también pudo probar alguno de los repulsores que él mismo reparaba. Sus profesores le hicieron saber a su padre de las tempranas habilidades de Jace como piloto de carreras planetarias.

Así que Jace, con el importante Tuss Madara como valedor, pudo ganar una temprana fortuna como piloto de carreras profesional.

Los éxitos deportivos le supieron muy dulces a Jace en un principio, pero no tardó en sentir un gran vacío al darse cuenta de lo voluble y efímera que era la fama y sus beneficios y, en definitiva, se dio cuenta de que aquello no llenaba el vacío que desde siempre había sentido y que no era otra cosa que la falta de afecto paterno-filial o familiar en general.

Un día ocurrió algo diferente, Jace conoció a Dúnawax Suu Quol, quien decía ser un Caballero Jedi, y que estaba investigando a Tuss Madara por numerosos asesinatos que habían ocurrido en el Sistema Met-Suke. Dúnawax era un hombre viejo pero prudente, inteligente, sabio y sensible que reconoció que Jace Jukassa poseía un gran potencial para convertirse en Jedi y que sus tempranas habilidades de mecánico y piloto se debían a algún tipo de conexión con la Fuerza.

El cariño que Jace recibió de Suu Quol fue lo que había estado buscando durante toda su vida y el joven piloto vio en el anciano Caballero Jedi al padre que nunca tuvo. "Aprende la Fuerza, Jace" le dijo una vez Dúnawax Suu Quol, y fue lo que el chico hizo.

Su verdadero padre, por su parte, acabó en un planeta prisión, condenado por sus numerosos crímenes cometidos como cabecilla de una extensa organización dedicada a la extorsión, al asesinato y al tráfico ilegal de personas, armas y drogas.

Durante nueve meses Suu Quol introdujo a Jace en las enseñanzas Jedi hasta que una mañana el maestro llamó a su discípulo junto a su lecho. "Ha llegado mi hora, Jace", le dijo. "Si todo va bien volveremos a vernos, mi joven aprendiz... Toma mi sable láser, sigue practicando con él, algún día construirás el tuyo propio pero hasta que llegue ése día ésta será tu arma para llevar la paz y la justicia a la galaxia... Busca un nuevo maestro, empieza por el Sistema Kolediano, allí conseguirás continuar con tu camino... No te entristezcas, Jace, esto no es un adiós... Ahora la Fuerza estará contigo... siempre".

De ésta manera el cuerpo de aquel que fuera un día Dúnawax Suu Quol desapareció, dejando tras de sí sus usadas ropas de Jedi vacías. Jace Jukassa viajó después hacia el Sistema Kolediano en busca de su camino...



"Ese nombre ya no significa nada para mí"
Darth Vader en "El Retorno del Jedi"

Del Gaurra
Del Gaurra antes...

Darth Ghul
... Darth Ghul después

DARTH GHUL (antiguamente conocido como Del Gaurra)

Del Gaurra fue un Guardián del Templo Jedi de Neristhul, un planeta sagrado de retiro de los Jedi, en el que son observables a simple vista numerosos planetas de la galaxia, el primero de ellos Thyferra, que se encuentra muy cerca, pero también Korriban e Ilum. El templo servía como observatorio planetario y como biblioteca astrográfica.

Cuando entró en vigor la Orden 66 del nuevo emperador Palpatine, cuatro destructores del ejército clon del nuevo Imperio viajaron al planeta santuario para destruir el Templo Jedi y matar a todos los que allí se alojaban. Del Gaurra luchó al principio, cumpliendo con su deber, pero sus compañeros guardianes y el resto de los Jedi que allí se alojaban no tardaron en perecer. Desgarrado por el dolor y conmocionado por la enorme perturbación de la Fuerza generada por la muerte simultánea de tantísimos Jedi, tuvo una visión, una revelación, que él achaca a la Fuerza. En aquella revelación Gaurra vio un fragmento del futuro, vio la inmensidad del universo conquistada por completo por la humanidad. Vio que existen muchísimas galaxias similares a la única que conocía y que en casi todas existen humanos que acabarán por liberarse de sus límites y unirse para conquistar por completo el universo, la realidad y los múltiples universos en los que la misma se divide.

Del Gaurra lloró entonces, lloró de emoción, de alegría y se obsesionó con aquella visión que él llama "La Revelación", deseando ver con sus propios ojos ése futuro, deseando crear ése futuro y creyendo que él es un "enviado" de la Fuerza para llevarlo a cabo. Pero ése futuro no es cercano, es un futuro que puede suceder dentro de cientos de miles o millones de años y él apenas sobreviviría ochenta años más. Él tenía poder de la Fuerza, que enseñaban los Jedi, pero los Jedi enseñaban a desprenderse de la propia vida y él (conmocionado y herido como estaba entonces) debía contener su vida, debía posponer continuamente su muerte para llevar a cabo y ver, con sus propios ojos, el futuro que previó en "La Revelación". Sólo había una religión en la galaxia que él conociera que proclamara abiertamente, y estudiara, contravenir conscientemente las leyes naturales: los Sith.

Con el objetivo de encontrar secretos Sith, y de convertirse en uno de ellos, si era necesario, robó un caza estelar y se ocultó de planeta en planeta, para evitar a las patrullas imperiales en busca de cualquier Jedi al que matar, buscando éstos secretos y/o a miembros del culto al Lado Oscuro, hasta que encontró a Darth Akdar en Ziost, que buscaba, al igual que él, y por orden del emperador, secretos Sith. Akdar leyó su pensamiento y lo aceptó como aprendiz, dándole su nuevo nombre: Darth Ghul.

miércoles, 7 de marzo de 2018

UN APRENDIZ DE JEDI



Darth Ghul
Darth Ghul

Holocrón Sith
Holocrón Sith

EL HOLOCRÓN DE SORZUS SYN


Darth Akdar y Darth Ghul se encontraban meditando en el lado oscuro de la Fuerza, ambos de rodillas en el suelo frente el uno al otro y con el holocrón Sith en medio, un pequeño objeto piramidal del tamaño de un puño con extraños símbolos arcanos inscritos en cada uno de sus lados.

Durante largos instantes la calma fue todo lo que aparentemente ocurría en el interior de la enorme tienda. Solo se oía el viento que ululaba en el desértico exterior y que comenzaba a levantarse de forma fuerte, como barruntando una tormenta de arena inminente. Pronto la pequeña pirámide comenzó a iluminarse desde su interior con una enigmática luz rojiza, al tiempo que empezó a elevarse sola en el aire llegando a levitar hasta la altura de la cabeza de los dos Sith, donde se detuvo y donde cada uno de sus ángulos comenzó a moverse y girarse.

Darth Akdar abrió los ojos con una loca sonrisa de satisfacción en sus labios.

- ¡Lo hemos conseguido! ¡Noto la presencia de una entidad del lado oscuro! ¡Hemos despertado a Sorzus Syn! - dijo.

Darth Ghul, por su parte, abrió los ojos y se limitó a guardar silencio en un gesto de calculada prudencia, con los músculos siempre preparados para actuar con violencia ante cualquier presentimiento de ser atacado.

La figura fantasmagórica de una mujer joven embutida en una amplia túnica negra se alzó por encima de la pirámide. Los ojos rojos encendidos como llamas de la mujer iluminaban un rostro parcialmente oculto tras la capucha de su túnica y escrutaron a aquellos dos individuos que la habían despertado de su largo letargo.

- ¿Quiénes sois vosotros? ¿Quiénes desean mi poder, el poder de Sorzus Syn, la Alquimista, guardián de éste holocrón? - se oyeron éstas palabras con una extraña voz inhumana femenina pero no parecían proceder del fantasma, se oían por todas partes en el interior de la gran tienda de campaña y más allá, afuera, se oían el viento y los truenos retumbando por doquier ya que se había despertado una fuerte tormenta eléctrica en el exterior.

- Mi nombre es Darth Akdar, discípulo de los Sith, y éste es el aprendiz que he tomado, le he dado el nombre de Darth Ghul. Ha pasado mucho tiempo desde tus días Syn, y hay mucho del conocimiento del lado oscuro que hemos olvidado. Nos encontramos en Korriban, el planeta donde se encontró éste holocrón, dinos ¿hay otros holocrones aquí escondidos que podamos poseer y de los que tu sepas?

- No, aprendiz del lado oscuro. - Dijo el fantasma de la mujer - No sé de otros holocrones que pueda haber aquí en Korriban, pero te recuerdo que no necesitas otro holocrón, ya tienes éste, puedo contarte todo lo que yo encontré aquí, en el planeta-tumba de los antiguos Sith. Fueron muchos los artefactos que aquí encontré y mucho lo que aprendí de ellos. No conservo esos artefactos ni sé dónde pueden encontrarse ahora pero tengo conocimientos para, por lo menos, volver a recrear alguno de ellos. Dime, Darth Akdar ¿qué quieres hacer? ¿Quieres reanimar cadáveres frescos para que te sirvan como esclavos? ¿O acaso prefieres hacer experimentos genéticos con alguna especie animal para convertir a un simple e insignificante bichejo en una gigantesca y peligrosa bestia de guerra? ¿Tal vez prefieras forjar espadas u otro tipo de armas con terroríficos poderes mágicos para destruir a tus enemigos? Todo esto y muchos otros conocimientos os ofrezco, aprendices.

- Hay muchas cosas que quiero aprender. - Dijo Akdar - La historia de los antiguos Sith desaparecidos, y también estoy interesado en la Esfera de Meditación, he leído un poco acerca de ese artefacto y creo que sería el arma definitiva para un Sith.

- Cuidado, aprendiz, la Esfera de Meditación es un artefacto poderoso, en efecto, pero una vez que entres en ella cada vez será más difícil volver a salir, ella se convertirá en tu tumba y deberás aprender una gran cantidad de hechizos antes de usarla, pues en su interior el poder de tu magia se amplificará, pero desde dentro no podrás aprender nada más. Es cierto que combinado con otros artefactos, como el Corazón de Graush y el Yelmo de Graush, el Sith que controle la Esfera de Meditación no sólo conseguiría transferir su alma a la Esfera, con lo que sería inmune a la muerte por edad, veneno o enfermedad, sino que también no necesitaría ningún ejército, ni flota de naves de guerra, para conquistar él solo decenas de mundos. ¿Es lo que deseas, Darth Akdar? ¿Fabricar el recipiente donde te espera la no-vida por toda la eternidad? ¿Fabricar una tumba imperecedera y todopoderosa? ¿No prefieres mejor fabricar tu propio holocrón para legar al resto de los futuros Sith tus conocimientos?

- Lo quiero todo, Syn, quiero aprender a fabricar la Esfera de Meditación, tal vez la construya... o tal vez no... saber cómo puedo crear mi propio holocrón, recrear el Yelmo de Graush o el Corazón de Graush, poder reanimar a los cadáveres, sean frescos o no, realizar poderosos hechizos del lado oscuro y fabricar armas con terribles poderes mágicos... Lo quiero ¡todo!

- ¿Y tu, Darth Ghul? Aun no has hablado. ¿Qué es lo que quieres? - el fantasma de Sorzus Syn se giró hacia el hombre joven que había permanecido en silencio hasta entonces.

Ghul miró a su maestro durante unos instantes y dudó si compartir con él su secreto.

- Vamos, aprendiz, dile a Sorzus Syn lo que quieres ¿deseas matarme y no quieres decirlo? ¡No seas idiota! ¡Eres un Sith! ¡Pues claro que quieres matarme! ¡Es tu destino, es tu meta! ¡Deseas mi poder!

Ghul miró a la figura fantasmagórica y decidió confesarse.

- Yo... no quiero conocimiento... ¡¡¡Quiero poder!!! Una vez, hace ya unos años, tuve una visión y quiero ver cómo se hace realidad, pero ésa visión no ocurrirá dentro de poco tiempo, ésa visión se hará realidad dentro de muchos, muchísimos años, tal vez miles o millones... Es lo que quiero, - Ghul volvió a mirar a Darth Akdar - vivir para ver ése futuro, engañar a la muerte aunque sólo sea hasta ése instante, no quiero continuar con el legado de Darth Bane como tú, maestro, quiero alcanzar la inmortalidad, pero no como el Emperador que necesita un planeta entero para esconder su fábrica de clones...

Akdar se levantó lleno de ira hacia su aprendiz.

- ¡Eres un desagradecido! ¡Te aseguro que...!

- ¡Éste es un auténtico Sith, Akdar! - el fantasma de Sorzus Syn interrumpió bruscamente la regañina del supuesto maestro del lado oscuro, ignorando sus palabras para señalar a Darth Ghul - ¡Puedo presentir que se convertirá en un poderoso maestro del lado oscuro! ¡Te destruirá a ti y todo aquello por lo que luchas! ¡Tiene mucho más poder, talento y potencial que tú, Darth Akdar! ¡De entre los dos es quien más se merece mis conocimientos! ¿Querías construir la Esfera de Meditación? Delante de ti tienes a quien merece el honor de pilotarla.


Sorzus Syn, la Alquimista
Sorzus Syn


EL MAESTRO RETELL


Jace Jukassa aterrizó el Ala-X en la isla donde su presentimiento le guiaba. Aún no había amanecido y la vegetación alrededor del claro se agitó mientras el caza estelar tocaba suelo, como protestando ante semejante sobresalto. Cuando llegó por fin la calma Jace se apresuró a apagar las luces de la nave.

- No sabemos lo que puede haber aquí, Erre Tres... - le dijo a su droide astromecánico - Todavía no sé por qué estamos aquí... Tal vez esté empezando a volverme loco pero de todas maneras hay que estar alerta. Cuida la nave y yo...

Antes de que Jace bajara completamente del Ala-X, y antes de que pudiera terminar la frase, le sorprendió alguien allí plantado, alguien al que ni los sensores del caza ni los de Erre Tres habían localizado y alguien al que el mismo Jace no había visto cuando por fin aterrizó.

- Haces muy mal en dejar aquí tu nave. - Le dijo un hombre de piel negra... el hombre que se le había aparecido en sueños hacía pocas horas. Ante aquel sobresalto Jace se apresuró a desenfundar su bláster y apuntar al hombre que tendría pocos años más que él y que pareció sorprenderse ante la repentina hostilidad recibida. - Vaya, siento haberte asustado, pero no nos pueden ver aquí, tienes que esconder éste Ala-X y yo puedo indicarte donde, he dejado mi nave en...

- ¡Un momento! ¿Quién eres tu? ¿Y qué haces aquí? ¿Por qué debo seguirte?

- ¡Oh, si! ¡Qué educación la mía! Me llamo Voso Teruna, soy hijo de Glador Teruna, Señor de Varidan y Lord Protector del Cinturón de Magarvor. También, y principalmente, soy discípulo del Maestro Retell, él te ha llamado, él te necesita y ahora si eres tan amable me gustaría que enfundaras ésa pistola bláster, no resulta muy agradable intentar ayudar a alguien mientras te apuntan con un arma ¿sabes?

- Aún no tengo muy claro quién eres y lo que hago aquí así que mientras me lo explicas todo despacio y bien clarito te seguiré apuntando.

- Mira, va a amanecer dentro de poco y éste Ala-X aquí es como un cebo jugoso en un río infestado de peces hambrientos, sabrán que estamos aquí...

- Ya saben que estamos aquí, mi escuadrón lo sabe. - Le dejó claro Jace.

- Vaya, eso no es bueno, no le va a gustar al Maestro saberlo...

- ¿Quién es ése Maestro Retell? ¿Por qué quiere ayudarme? ¿Y a qué quiere ayudarme?

- El Maestro Retell es el Jedi más poderoso de la Galaxia, aunque él mismo pondría todo lo que acabo de decir en duda; primero debido a que abandonó la Antigua Orden Jedi hace muchísimo tiempo y segundo debido a que él mismo no se considera poderoso (aunque sepa que lo es) sino sólo un anciano carcamal siempre a punto de morir. Pero es cierto, es el Jedi más poderoso... Puede que no sea un Caballero Jedi de la Antigua Orden pero ha sobrevivido durante varios miles de años y durante todo ése tiempo sus alumnos han sido muchísimos... Somos una pequeña fuerza de élite oculta y escondida al resto de la Galaxia que lo adora y que le debe, y siempre le deberá, sabiduría, enfoque, iluminación y respeto.

- ¿Un Maestro de Jedi? Yo conocí a un Jedi una vez... Él me ayudó... - Jace se relajó y bajó el bláster pero no lo enfundó - ¿Y para qué me ha llamado?

- Sólo sé que vas a enfrentarte a algo que ha visto en el futuro, algo para lo que no estás preparado y el Maestro quiere darte la oportunidad de superar ésa dificultad ofreciéndote entrenamiento... No sé más... Es tu futuro y no el mío, el Maestro no suele contarnos lo que nos depara el futuro, aunque él siempre lo sabe, ha visto el futuro de todos sus aprendices, pero nunca nos cuenta nada de eso, prefiere dejar que nosotros mismos alcancemos la habilidad para verlo claramente.

- ¿Cómo es que no he sabido que estabas aquí? ¿Lo has hecho tu? ¿Volverte invisible a los sensores es uno de tus poderes Jedi?

- Me temo que eso es cosa del Maestro Retell, su misma presencia le hace invisible a cualquier tipo de rastreo, a él y a los suyos siempre que estemos cerca de él, una habilidad que perfeccionó durante siglos tras haberse exiliado de la Orden. Ahora te ruego que me sigas, he dejado mi nave al borde de aquel acantilado, es una nave exploradora A-24 clase Sabueso de Incom, la reconocerás por su...

- Sé cómo es un A-24 clase Sabueso. - Le interrumpió Jace - Si no le has cambiado el color con la que la vende Incom es blanca con unas pocas franjas rojas, una fiable nave ligera de reconocimiento monoplaza construida para el sigilo y la velocidad, ligeramente más grande que un caza pesado que tiene...

- Si, si, si, muy bien, ya sé que reconocerás mi nave blanca con franjas rojas de Incom cuando aparezca sobre aquella vegetación. Tu solo mantén el Ala-X a punto de despegar y cuando me veas sígueme, te llevaré a nuestro hangar escondido. - Dijo Voso Teruna antes de darse la vuelta y desaparecer en la oscuridad de la espesura.

Cuando al cabo de un rato la nave monoplaza de Voso Teruna apareció en el horizonte Jace despegó a bordo de su Ala-X y la siguió. Durante unos minutos sobrevolaron la isla sin más para ir acercándose a un profundo acantilado en la orilla norte. La nave de Voso Teruna se dirigió de frente a la pared del acantilado y de repente desapareció...

Jace rectificó la ruta de vuelo cuando los sensores de la nave comenzaron a pitar sonoramente para advertir al piloto de que la ruta que llevaba le estrellaría irremediablemente contra una pared de sólida roca. Erre Tres comenzó a hacer preguntas que Jace no sabía responder.

- ¡No, no sé dónde se ha metido ése loco, Erre Tres! ¡Ha desaparecido! ¡No puede ser! ¿Que qué vamos a hacer ahora? No, no vamos a volver a la base... ¡No lo sé! Déjame pensar con claridad un minuto Erre Tres, necesito un momento para pensar... ¿Qué vamos a hacer ahora?

Jace respiró profundamente y trató de recordar a su antiguo amigo, a su antiguo maestro, a la única persona que había sido un auténtico padre para él, el anciano Caballero Jedi Dúnawax Suu Quol. ¿Qué habría hecho él?

En la profundidad de su mente recordó unas palabras que le había dicho hacía muchos años atrás su maestro... "No creas en tus ojos, no creas completamente en tus sentidos, Jace, éstos a veces nos engañan, los sentidos mienten mejor que las personas a veces, confía en tu mente, confía en tu fe, cuando creas que los ojos te estén engañando ciérralos y confía en tu instinto y en la Fuerza. Recuerda Jace, confía en tu instinto, confía en la Fuerza, es en lo único en lo que puedes confiar..."

Jace volvió a coger aire de forma sonora, giró la nave para enfilarla directamente contra la pared del acantilado y cerró los ojos para hacer avanzar a la nave de la forma más lenta posible hacia delante. Los sensores comenzaron a pitar y protestar, así como también protestaba y pitaba Erre Tres encajado en la popa del Ala-X... Más allá de los pitidos y ruidos del exterior Jace no sintió amenaza alguna en su interior, de hecho, y paradójicamente, comenzó a sentir una extraña paz que nunca había sentido, no con aquella intensidad. Cuando por fin todo el ruido exterior se detuvo Jace abrió los ojos y descubrió que se encontraba en el interior de un espacioso aunque modesto hangar de naves espaciales. Allí pudo ver estacionadas una nave exploradora de largo alcance Saltador Maestro SM-5000, un caza Ala-Y BTL-S3, un enorme carguero medio HT-2200 corelliano y una lanzadera Clase Lambda T-4A del Imperio... Vaya, vaya, vaya, allí estaba con toda probabilidad la nave imperial que tantos quebraderos de cabeza les había dado a él y al resto de la Alianza Rebelde.

Cuando Jace aterrizó por fin en el hangar, y pudo bajar del Ala-X, Voso Teruna estaba esperándole.

- Ven, voy a presentarte a los otros. - Le dijo.



Voso Teruna
Voso Teruna

Jace Jukassa
Jace Jukassa