El éxito del filme "300", basado en la novela gráfica homónima de Frank Miller, es generador de toda una estética nueva sobre el mundo clásico grecolatino, en el cine fundamentalmente, pero también lo he visto en videojuegos, de hecho el último videojuego que he descargado para mi teléfono móvil se llama "Dark Lands" y advierto, es muy, muy adictivo y le debe muchísimo al nuevo enfoque visual de Frank Miller sobre el mundo antiguo que volcó en su "300".
Ya que no he encontrado un enlace que hablase sobre el juego dejo aquí este vídeo para los aquellos interesados en averiguar más cosas sobre el videojuego del que estoy hablando.
Puede observarse cómo el juego usa de forma generalizada los colores "fríos" negro y blanco en su contraste con el color "cálido" del rojo de la sangre, que destaca por encima de todo lo demás. ¿Acaso no hemos visto éste esquema de colores básico en "Sin City", una de las obras maestras del cómic de Frank Miller? Aunque aquí la estética parece tomar referencia también de las "figuras negras" de la cerámica griega antigua.
Volviendo al "300" de Frank Miller, espero que todo el mundo se haya dado cuenta de que la película no refleja fielmente los hechos históricos que rodean a la Batalla de las Termópilas y que realmente sólo refleja los acontecimientos que suceden en la novela gráfica que Miller creó, basada, a su vez, en los hechos tal y como los narraron los historiadores del helenismo.
El helenismo abarca desde el reinado de Alejandro Magno (del 336 al 323 antes de nuestra era) hasta la invasión de Macedonia por los romanos, sucedida en el 148 antes de Cristo. Por aquel entonces el mundo que los antiguos griegos habían creado se encontraba en una profunda crisis, los griegos eran conscientes de que el mundo, tal y como lo conocían hasta ahora, se estaba muriendo, se estaba extinguiendo y su cultura estaba siendo desplazada por otras (entre las que acabaría por triunfar la civilización de la Antigua Roma).
En el arte ésta consciencia o subconsciencia general de destrucción de la cultura propia se plasma en obras compositivamente retorcidas, en figuras humanas que representan escenas de dolor, de locura o ejecutando movimientos que llegan a la absoluta contorsión. Ha finalizado el clasicismo griego y su estética basada en la armonía, la simetría y el orden, todo esto, todo el mundo clásico antiguo se desmorona a los ojos de un griego de entonces y éste estrés y angustia generan obras como de las que hablo.
Es por entonces cuando los historiadores griegos tratan de hacer balance y de recordar dónde y cómo comienza el mundo que para ellos estaba muriéndose. Y recuerdan con especial fervor y ensalzamiento la Batalla de las Termópilas, que permitió a las ciudades-estado griegas de la Antigüedad seguir siendo independientes del antiguo Imperio persa.
Contrariamente a lo que podemos ver en la película en la realidad el bando de los griegos en la Batalla de las Termópilas no lo componían solo 300 soldados espartanos y un puñado de foceos o focenses, no. El ejército de los griegos en esa batalla era de unos 10.000 hoplitas, como podemos leer en "La Leyenda de los 300, Termópilas" de Nic Fields, editado en España por RBA Coleccionables (de la primera edición británica de Osprey Publishing en 2007), 2011, Barcelona:
"La resistencia en la Grecia continental se centraba en Esparta y sus aliados del Peloponeso, pero Atenas también se unió a la alianza contra Persia -lo que los comentaristas modernos suelen llamar la Liga Helénica- junto a un puñado de otros estados de la Grecia central y las islas vecinas. En un principio, había otros estados del norte, como Tesalia, que estaban dispuestos a luchar, y, siguiendo una petición de los tesalianos, se mandó una expedición de 10.000 hoplitas para defender el valle del Tempe (Témbi), cerca del monte Olimpo.
(...)
El relato de Herodoto sobre las Termópilas provoca dos importantes preguntas: primera, ¿por qué tenía Leónidas tan pocos hombres bajo su mando?, y segunda, ¿qué sucedió realmente en aquel desafortunado último día? La cuestión de la catástrofe final se verá más adelante. En cuanto al tamaño del ejército de Leónidas, Herodoto comenta en repetidas ocasiones (7, 203, 1; 206, 2; 208, 8,40) que esta fuerza sólo era una avanzadilla (promodoi, literalmente "corredores anticipados") de un ejército mucho más grande. En otras palabras, pese a algunas modernas teorías que afirman lo contrario, los helenos pretendían luchar en las Termópilas con el mayor número de fuerzas posible." (páginas 48 y 49).
También me gustaría destacar que, como el propio Nic Fields comenta en su libro:
"Los griegos no sabían concebir planes o estrategias a largo plazo en el 480 a. C., lo cual se explica cuando se considera que, a diferencia de los persas, nunca antes habían luchado en una guerra a gran escala. Los 10.000 hoplitas que acudieron al paso ribereño del Tempe probablemente representaban, en la mente de los generales griegos, un gran ejército. Asimismo, la experiencia militar de esos estados solía estar limitada a incursiones entre fronteras, no a invasiones a gran escala, pues en aquella época los griegos rara vez se enzarzaban en batallas fuera de su propio territorio.
(...)
Leónidas fue a luchar en el pico del verano del 480 a. C. con una pequeña fuerza que representaba un titubeante grupo de antipersas -300 espartanos, 2.120 arcadios, 400 corintios, 200 de Fliunte, 80 de Micenas (todos ellos peloponesios), 700 tespios y 400 tebanos (en representación de Beocia)-; además, en representación de los griegos de la región, más directamente afectados, acudieron 1.000 focenses y la fuerza al completo de los locrios opuntios (Herodoto 7, 202-203, 1), que Diodoro (11, 4, 7) estimó en 1.000 hombres. Cada contingente servía bajo su propio estrategos.
(...) Incluso, aunque no tenían derechos de ciudadanía, se esperaba que los perioikoi luchasen en el ejército espartano. Más tarde, el ateniense Isócrates (4, 90; 6, 99) habla de 1.000 lacedemonios marchando hacia las Termóplias, lo que parece un número convenientemente redondo para englobar a los espartanos, los perioikoi y los ilotas que estaban con Leónidas. Esta cifra de 3.100 peloponesios que adjudica Herodoto sería consistente con la inscripción del monumento a la memoria de la guerra que éste menciona (7, 228, 1) y que afirma que 4.000 hombres del Peloponeso lucharon en las Termópilas.
Pese a que las Carneas prohibían a los espartanos acudir a la lucha, es posible que Esparta reconociera la absoluta necesidad de mandar algunas tropas al norte para defender el paso. El propio Leónidas escogió a los Trescientos para que las posibles pérdidas no extinguieran ninguna de las líneas de sangre espartanas. Lazenby (1985: 54-55) sugiere que esta selección se hizo al azar, cargando así a los dioses la responsabilidad de quienes habían de ir. El propio Leónidas podría haber quedado exento debido a la prohibición, porque, con más de 60 años, ya no estaba en edad militar." (páginas 51 y 52).
De esta manera también me gustaría desmentir que las fuerzas griegas en la Batalla de las Termópilas representaran la democracia de los ciudadanos griegos "libres" frente a la tiranía de los soldados-esclavos persas, nada más lejos de la realidad. El ejército griego, como era el caso del contingente espartano con los perioikoi y los ilotas, contaba con soldados-esclavos. Que el contingente de los griegos en esa batalla lo formaran sólo ciudadanos griegos "libres" no deja de ser una GRAN MENTIRA.
La esclavitud era la base de toda la economía en la Antigüedad, y ésta base económica igualaba a todas las culturas antiguas, incluida la griega. Me gustaría reflexionar acerca de la gran filosofía y ciencia griegas antiguas, que no hubieran sido posibles sin los esclavos, pues su trabajo hizo posible que, mientras ellos alimentaban a sus amos, los nobles y ricos griegos "libres" podían dedicarse a tiempo completo a la reflexión científica y filosófica.
Puedo entender que Frank Miller, gran amante de las historias trágicas en las que los personajes acaban ganando y perdiendo al mismo tiempo, como ocurre en Sin City, se sintiera muy atraído por la historia de los 300 espartanos que salvaron a todo el mundo helénico antiguo en las Termópilas, según la contaron los narradores helenísticos.
Recuerdo que Frank Miller fue el creador de la historia del padre de uno de mis superhéroes favoritos: Daredevil. Según Miller el padre del futuro Daredevil fue un boxeador que participaba en combates amañados de antemano. Cuando en el apogeo de su carrera y en su mejor combate la mafia le da la orden de dejarse ganar, él decide ganar el combate... Gana el combate si, pero la mafia se cobra su peculiar venganza asesinándolo. Es entonces cuando el jovencito Matthew Murdock (la verdadera identidad de Daredevil) decide luchar contra el crimen usando sus peculiares superpoderes.
Una historia típica de Frank Miller, en la que los héroes son aquellos que ganan-perdiendo o pierden-ganando, como me gusta a mí llamar a estas historias típicamente "millerianas", como sucede de forma muy similar en su "300".
Si añadimos su peculiar visión de creador de cómic de superhéroes podemos entender que pueda reflejar a los antiguos espartanos como "superhombres" o como "superhéroes" capaces de realizar proezas físicas sobrehumanas por lo que pueden romper la formación de la falange hoplita y no sucumbir ante el ejército enemigo, todo lo contrario, siguen masacrando a sus enemigos sin sufrir apenas bajas, lo cual me parece lo más irreal y fantástico de toda la película.
El propio Leónidas, interpretado por Gerard Butler, explica cómo luchaban los hoplitas griegos y en qué se basaba la fuerza de sus ejércitos:
O como dice Nic Fields en su libro:
"Los ejércitos de las poleis griegas estaban formados por levas de ciudadanos (polites) lo bastante prósperos como para hacerse con un equipamiento de hoplita, infantería acorazada que luchaba codo con codo en una gran formación conocida como "falange", palabra que significa "hileras de hombres". A excepción de los espartanos, que dedicaban toda la vida al entrenamiento militar, y unas pocas unidades patrocinadas por el Estado como la famosa Banda Sagrada de Tebas (que comprendía 300 hombres distribuidos en parejas de homosexuales), las levas ciudadanas eran soldados a tiempo parcial sin entrenamiento específico. Luchar por su Estado en tiempos de guerra era el deber moral, social y, sobretodo, político del ciudadano de una polis.
(...)
El escudo hoplita era el elemento que hacía viable la rígida formación en falange. La mitad del escudo sobresalía por el lado izquierdo del hoplita. Al acercársele el hombre que tenía a su izquierda, el escudo de este último protegía el lado descubierto del primero. Por esta razón, los hoplitas se colocaban hombro con hombro con los escudos cerrados. Sin embargo, cuando esta formación se rompía, se perdía la ventaja del escudo. Como comenta Plutarco (Obras morales y de costumbres 241), la coraza del hoplita era para su protección individual, pero su escudo protegía a toda la falange." (páginas 22 y 24).
Muy lejos de reflejar el combate en falange, los "300" de Frank Miller, como digo, rompen la formación y no mueren, lo cual es solo posible en el mundo fantástico de la ciencia ficción, o en el de los cómics de superhéroes.
También es pertinente arrojar un poco de luz sobre el rey Jerjes I, reflejado en la película como un pusilánime estúpido y muy pagado de sí mismo, pero hay que saber que no fue así. Tal vez si fuera orgulloso y pagado de sí mismo pero fue un gran monarca que continuó con la gran campaña militar para conquistar Grecia que su padre, Darío I, no pudo concluir. Ningún monarca, con la personalidad que se le refleja a Jerjes en la película, podría mantener un imperio tan basto con la eficacia y la prosperidad que llevo éste monarca a sus súbditos. Vale, tampoco pudo conquistar Grecia, pero en realidad fue un gobernador sabio, inteligente y magnánimo con sus enemigos.
También es importante señalar que los hechos por los que Leónidas entra en guerra durante la Segunda Guerra Médica con los persas no son tal y como lo muestra la película, que corresponden en realidad a los hechos por los que Esparta, y el resto de las ciudades-estado griegas, entran en guerra contra los persas durante la Primera Guerra Médica. Para más información pinchen en el enlace sobre la Segunda Guerra Médica.
Me gustaría ahora cambiar un poco el tema para hablar de la homosexualidad en el mundo antiguo griego, que, como es conocido, no sólo era ampliamente aceptada sino también fomentada. Este aspecto puede resultar chocante con respecto a nuestra visión cultural contemporánea, muy tendente a la homofobia.
Hay que comprender que el modelo ideal de belleza en la cultura Antigua griega era el masculino y no el femenino, al contrario de lo que ocurre hoy en día en nuestra cultura. Por difícil que nos pueda resultar el cuerpo femenino, según los cánones culturales griegos antiguos, carecía de la belleza del cuerpo masculino, era caótico, estaba lleno de curvas y no tenía ni la armonía ni el orden del cuerpo masculino, que era realmente el ideal de la belleza humana.
Esto conlleva a pensar que cuando la mente de un griego de la Antigüedad pensaba en la belleza humana "veía" un cuerpo masculino, por lo que no resulta raro que la homosexualidad fuera completamente aceptada. Es más, hablando de este tema siempre me gusta recordar que el propio Zeus, cabeza del panteón griego, tenía amantes masculinos (aunque eran más numerosas sus amantes femeninas) según la mitología y el propio Heracles (más conocido por su nombre romano de Hércules) deja de navegar junto a los Argonautas, en su búsqueda del vellocino de oro, para buscar a su amante masculino cuando éste se pierde en una de las islas en las que la nave de Argos atraca durante su "odisea".
El deber de un buen "ciudadano" griego de la Antigüedad era casarse con una mujer y tener descendencia con ella pero, como buena sociedad patriarcal que era la suya, los amantes, femeninos o masculinos, para él (y solo para él) estaban completamente aceptados.
Estas son algunas de las diferencias de la cultura griega antigua con respecto a nuestra cultura occidental contemporánea, no todas. Por ejemplo, existe otra diferencia puesto que la democracia (palabra que deriva directamente de la palabra griega antigua "demokratía" que significa literalmente "gobierno del pueblo") no era una forma de Estado como la que ahora comprendemos por ese nombre.
La democracia que hoy en día "disfrutamos" (o "sufrimos") es representativa, es decir, cada "ciudadano" (cualquier mujer y hombre a partir de 18 años cumplidos) vota a un grupo o a una persona que le represente en la cámara superior de gobierno (en el caso de España el Congreso de los Diputados), mientras que en la Grecia de la Antigüedad la democracia era directa, es decir todos los "ciudadanos" (exclusivamente hombres "libres", por lo tanto no esclavos ni mujeres, que pagasen impuestos) se autorepresentaban en la cámara superior del gobierno de cada polis o ciudad-estado griega antigua, la asamblea.
Por lo tanto, recapitulando, las diferencias fundamentales de nuestra cultura contemporánea con respecto a una de sus culturas fundacionales (junto a la romana antigua), como lo es la griega antigua son:
- Su modelo de belleza era el masculino y no el femenino.
- Era una cultura absolutamente patriarcal y el "ciudadano" era un hombre "libre" que pagaba impuestos a su ciudad-estado.
- La base de la economía griega antigua era el esclavismo (aunque siguen existiendo los esclavos ya no son la base económica, al menos la de occidente).
- Todos los "ciudadanos" debían servir como soldados en la defensa de su ciudad o polis durante períodos de guerra.
- El Estado de cada ciudadano no era un país, como hoy lo entendemos, el Estado de cada ciudadano lo componía su ciudad, aunque podían existir las coaliciones entre ciudades (y por lo tanto también entre Estados) aliadas.
Espero tener otra excusa en el futuro para volver a tratar las culturas griega y romana de la Antigüedad, ambas fueron el origen de nuestra cultura occidental, de la que me siento bastante orgulloso, aunque, a veces, sea motivo de alguna que otra frustración.
Contrariamente a lo que podemos ver en la película en la realidad el bando de los griegos en la Batalla de las Termópilas no lo componían solo 300 soldados espartanos y un puñado de foceos o focenses, no. El ejército de los griegos en esa batalla era de unos 10.000 hoplitas, como podemos leer en "La Leyenda de los 300, Termópilas" de Nic Fields, editado en España por RBA Coleccionables (de la primera edición británica de Osprey Publishing en 2007), 2011, Barcelona:
"La resistencia en la Grecia continental se centraba en Esparta y sus aliados del Peloponeso, pero Atenas también se unió a la alianza contra Persia -lo que los comentaristas modernos suelen llamar la Liga Helénica- junto a un puñado de otros estados de la Grecia central y las islas vecinas. En un principio, había otros estados del norte, como Tesalia, que estaban dispuestos a luchar, y, siguiendo una petición de los tesalianos, se mandó una expedición de 10.000 hoplitas para defender el valle del Tempe (Témbi), cerca del monte Olimpo.
(...)
El relato de Herodoto sobre las Termópilas provoca dos importantes preguntas: primera, ¿por qué tenía Leónidas tan pocos hombres bajo su mando?, y segunda, ¿qué sucedió realmente en aquel desafortunado último día? La cuestión de la catástrofe final se verá más adelante. En cuanto al tamaño del ejército de Leónidas, Herodoto comenta en repetidas ocasiones (7, 203, 1; 206, 2; 208, 8,40) que esta fuerza sólo era una avanzadilla (promodoi, literalmente "corredores anticipados") de un ejército mucho más grande. En otras palabras, pese a algunas modernas teorías que afirman lo contrario, los helenos pretendían luchar en las Termópilas con el mayor número de fuerzas posible." (páginas 48 y 49).
También me gustaría destacar que, como el propio Nic Fields comenta en su libro:
"Los griegos no sabían concebir planes o estrategias a largo plazo en el 480 a. C., lo cual se explica cuando se considera que, a diferencia de los persas, nunca antes habían luchado en una guerra a gran escala. Los 10.000 hoplitas que acudieron al paso ribereño del Tempe probablemente representaban, en la mente de los generales griegos, un gran ejército. Asimismo, la experiencia militar de esos estados solía estar limitada a incursiones entre fronteras, no a invasiones a gran escala, pues en aquella época los griegos rara vez se enzarzaban en batallas fuera de su propio territorio.
(...)
Leónidas fue a luchar en el pico del verano del 480 a. C. con una pequeña fuerza que representaba un titubeante grupo de antipersas -300 espartanos, 2.120 arcadios, 400 corintios, 200 de Fliunte, 80 de Micenas (todos ellos peloponesios), 700 tespios y 400 tebanos (en representación de Beocia)-; además, en representación de los griegos de la región, más directamente afectados, acudieron 1.000 focenses y la fuerza al completo de los locrios opuntios (Herodoto 7, 202-203, 1), que Diodoro (11, 4, 7) estimó en 1.000 hombres. Cada contingente servía bajo su propio estrategos.
(...) Incluso, aunque no tenían derechos de ciudadanía, se esperaba que los perioikoi luchasen en el ejército espartano. Más tarde, el ateniense Isócrates (4, 90; 6, 99) habla de 1.000 lacedemonios marchando hacia las Termóplias, lo que parece un número convenientemente redondo para englobar a los espartanos, los perioikoi y los ilotas que estaban con Leónidas. Esta cifra de 3.100 peloponesios que adjudica Herodoto sería consistente con la inscripción del monumento a la memoria de la guerra que éste menciona (7, 228, 1) y que afirma que 4.000 hombres del Peloponeso lucharon en las Termópilas.
Pese a que las Carneas prohibían a los espartanos acudir a la lucha, es posible que Esparta reconociera la absoluta necesidad de mandar algunas tropas al norte para defender el paso. El propio Leónidas escogió a los Trescientos para que las posibles pérdidas no extinguieran ninguna de las líneas de sangre espartanas. Lazenby (1985: 54-55) sugiere que esta selección se hizo al azar, cargando así a los dioses la responsabilidad de quienes habían de ir. El propio Leónidas podría haber quedado exento debido a la prohibición, porque, con más de 60 años, ya no estaba en edad militar." (páginas 51 y 52).
De esta manera también me gustaría desmentir que las fuerzas griegas en la Batalla de las Termópilas representaran la democracia de los ciudadanos griegos "libres" frente a la tiranía de los soldados-esclavos persas, nada más lejos de la realidad. El ejército griego, como era el caso del contingente espartano con los perioikoi y los ilotas, contaba con soldados-esclavos. Que el contingente de los griegos en esa batalla lo formaran sólo ciudadanos griegos "libres" no deja de ser una GRAN MENTIRA.
La esclavitud era la base de toda la economía en la Antigüedad, y ésta base económica igualaba a todas las culturas antiguas, incluida la griega. Me gustaría reflexionar acerca de la gran filosofía y ciencia griegas antiguas, que no hubieran sido posibles sin los esclavos, pues su trabajo hizo posible que, mientras ellos alimentaban a sus amos, los nobles y ricos griegos "libres" podían dedicarse a tiempo completo a la reflexión científica y filosófica.
Puedo entender que Frank Miller, gran amante de las historias trágicas en las que los personajes acaban ganando y perdiendo al mismo tiempo, como ocurre en Sin City, se sintiera muy atraído por la historia de los 300 espartanos que salvaron a todo el mundo helénico antiguo en las Termópilas, según la contaron los narradores helenísticos.
Recuerdo que Frank Miller fue el creador de la historia del padre de uno de mis superhéroes favoritos: Daredevil. Según Miller el padre del futuro Daredevil fue un boxeador que participaba en combates amañados de antemano. Cuando en el apogeo de su carrera y en su mejor combate la mafia le da la orden de dejarse ganar, él decide ganar el combate... Gana el combate si, pero la mafia se cobra su peculiar venganza asesinándolo. Es entonces cuando el jovencito Matthew Murdock (la verdadera identidad de Daredevil) decide luchar contra el crimen usando sus peculiares superpoderes.
Una historia típica de Frank Miller, en la que los héroes son aquellos que ganan-perdiendo o pierden-ganando, como me gusta a mí llamar a estas historias típicamente "millerianas", como sucede de forma muy similar en su "300".
Si añadimos su peculiar visión de creador de cómic de superhéroes podemos entender que pueda reflejar a los antiguos espartanos como "superhombres" o como "superhéroes" capaces de realizar proezas físicas sobrehumanas por lo que pueden romper la formación de la falange hoplita y no sucumbir ante el ejército enemigo, todo lo contrario, siguen masacrando a sus enemigos sin sufrir apenas bajas, lo cual me parece lo más irreal y fantástico de toda la película.
El propio Leónidas, interpretado por Gerard Butler, explica cómo luchaban los hoplitas griegos y en qué se basaba la fuerza de sus ejércitos:
O como dice Nic Fields en su libro:
"Los ejércitos de las poleis griegas estaban formados por levas de ciudadanos (polites) lo bastante prósperos como para hacerse con un equipamiento de hoplita, infantería acorazada que luchaba codo con codo en una gran formación conocida como "falange", palabra que significa "hileras de hombres". A excepción de los espartanos, que dedicaban toda la vida al entrenamiento militar, y unas pocas unidades patrocinadas por el Estado como la famosa Banda Sagrada de Tebas (que comprendía 300 hombres distribuidos en parejas de homosexuales), las levas ciudadanas eran soldados a tiempo parcial sin entrenamiento específico. Luchar por su Estado en tiempos de guerra era el deber moral, social y, sobretodo, político del ciudadano de una polis.
(...)
El escudo hoplita era el elemento que hacía viable la rígida formación en falange. La mitad del escudo sobresalía por el lado izquierdo del hoplita. Al acercársele el hombre que tenía a su izquierda, el escudo de este último protegía el lado descubierto del primero. Por esta razón, los hoplitas se colocaban hombro con hombro con los escudos cerrados. Sin embargo, cuando esta formación se rompía, se perdía la ventaja del escudo. Como comenta Plutarco (Obras morales y de costumbres 241), la coraza del hoplita era para su protección individual, pero su escudo protegía a toda la falange." (páginas 22 y 24).
Muy lejos de reflejar el combate en falange, los "300" de Frank Miller, como digo, rompen la formación y no mueren, lo cual es solo posible en el mundo fantástico de la ciencia ficción, o en el de los cómics de superhéroes.
También es pertinente arrojar un poco de luz sobre el rey Jerjes I, reflejado en la película como un pusilánime estúpido y muy pagado de sí mismo, pero hay que saber que no fue así. Tal vez si fuera orgulloso y pagado de sí mismo pero fue un gran monarca que continuó con la gran campaña militar para conquistar Grecia que su padre, Darío I, no pudo concluir. Ningún monarca, con la personalidad que se le refleja a Jerjes en la película, podría mantener un imperio tan basto con la eficacia y la prosperidad que llevo éste monarca a sus súbditos. Vale, tampoco pudo conquistar Grecia, pero en realidad fue un gobernador sabio, inteligente y magnánimo con sus enemigos.
También es importante señalar que los hechos por los que Leónidas entra en guerra durante la Segunda Guerra Médica con los persas no son tal y como lo muestra la película, que corresponden en realidad a los hechos por los que Esparta, y el resto de las ciudades-estado griegas, entran en guerra contra los persas durante la Primera Guerra Médica. Para más información pinchen en el enlace sobre la Segunda Guerra Médica.
Me gustaría ahora cambiar un poco el tema para hablar de la homosexualidad en el mundo antiguo griego, que, como es conocido, no sólo era ampliamente aceptada sino también fomentada. Este aspecto puede resultar chocante con respecto a nuestra visión cultural contemporánea, muy tendente a la homofobia.
Hay que comprender que el modelo ideal de belleza en la cultura Antigua griega era el masculino y no el femenino, al contrario de lo que ocurre hoy en día en nuestra cultura. Por difícil que nos pueda resultar el cuerpo femenino, según los cánones culturales griegos antiguos, carecía de la belleza del cuerpo masculino, era caótico, estaba lleno de curvas y no tenía ni la armonía ni el orden del cuerpo masculino, que era realmente el ideal de la belleza humana.
Esto conlleva a pensar que cuando la mente de un griego de la Antigüedad pensaba en la belleza humana "veía" un cuerpo masculino, por lo que no resulta raro que la homosexualidad fuera completamente aceptada. Es más, hablando de este tema siempre me gusta recordar que el propio Zeus, cabeza del panteón griego, tenía amantes masculinos (aunque eran más numerosas sus amantes femeninas) según la mitología y el propio Heracles (más conocido por su nombre romano de Hércules) deja de navegar junto a los Argonautas, en su búsqueda del vellocino de oro, para buscar a su amante masculino cuando éste se pierde en una de las islas en las que la nave de Argos atraca durante su "odisea".
El deber de un buen "ciudadano" griego de la Antigüedad era casarse con una mujer y tener descendencia con ella pero, como buena sociedad patriarcal que era la suya, los amantes, femeninos o masculinos, para él (y solo para él) estaban completamente aceptados.
Estas son algunas de las diferencias de la cultura griega antigua con respecto a nuestra cultura occidental contemporánea, no todas. Por ejemplo, existe otra diferencia puesto que la democracia (palabra que deriva directamente de la palabra griega antigua "demokratía" que significa literalmente "gobierno del pueblo") no era una forma de Estado como la que ahora comprendemos por ese nombre.
La democracia que hoy en día "disfrutamos" (o "sufrimos") es representativa, es decir, cada "ciudadano" (cualquier mujer y hombre a partir de 18 años cumplidos) vota a un grupo o a una persona que le represente en la cámara superior de gobierno (en el caso de España el Congreso de los Diputados), mientras que en la Grecia de la Antigüedad la democracia era directa, es decir todos los "ciudadanos" (exclusivamente hombres "libres", por lo tanto no esclavos ni mujeres, que pagasen impuestos) se autorepresentaban en la cámara superior del gobierno de cada polis o ciudad-estado griega antigua, la asamblea.
Por lo tanto, recapitulando, las diferencias fundamentales de nuestra cultura contemporánea con respecto a una de sus culturas fundacionales (junto a la romana antigua), como lo es la griega antigua son:
- Su modelo de belleza era el masculino y no el femenino.
- Era una cultura absolutamente patriarcal y el "ciudadano" era un hombre "libre" que pagaba impuestos a su ciudad-estado.
- La base de la economía griega antigua era el esclavismo (aunque siguen existiendo los esclavos ya no son la base económica, al menos la de occidente).
- Todos los "ciudadanos" debían servir como soldados en la defensa de su ciudad o polis durante períodos de guerra.
- El Estado de cada ciudadano no era un país, como hoy lo entendemos, el Estado de cada ciudadano lo componía su ciudad, aunque podían existir las coaliciones entre ciudades (y por lo tanto también entre Estados) aliadas.
Espero tener otra excusa en el futuro para volver a tratar las culturas griega y romana de la Antigüedad, ambas fueron el origen de nuestra cultura occidental, de la que me siento bastante orgulloso, aunque, a veces, sea motivo de alguna que otra frustración.