viernes, 30 de octubre de 2015

LOS SAMURAIS Y EL BUSHIDO (EL CAMINO DEL GUERRERO)



Si tienes prisa escoge el camino más largo

Dicho popular japonés




Geisha


Recuerdo muy bien el primer momento en el que mi inocente conciencia supo de la existencia de las culturas orientales. Era muy pequeño, un simple niño que vio un calendario con la imagen pictórica de una mujer oriental vestida de forma tradicional, aunque no sabría decir si era un motivo chino, japonés o un sincretismo de las dos culturas que antiguamente (fenómeno que afortunadamente hoy en día ha dejado de ser tan frecuente como antes) los occidentales creábamos.

Cuando pregunté a mis padres qué y quién era aquella extraña mujer que nunca había visto antes trataron de explicarme, como buenamente pudieron, que muy muy lejos de España, en el lejano oriente existían mujeres así y unas culturas que creaban imágenes como aquella.

Unos años más tarde, cuando estaba a punto de llegar a la adolescencia, conocí a mi inteligente amigo Elio, quien ya de pequeño siempre sintió cierta curiosidad e interés por la cultura japonesa, pues era del país nipón de donde procedían los videojuegos a los que desde siempre fue un gran aficionado. Recuerdo haber leído y ojeado muchas revistas de videojuegos que Elio compraba.

Una vez que empecé a estudiar en la universidad tuve el privilegio de ser alumno de la profesora de Historia del Arte Yayoi Kawamura, quien me impartió varias asignaturas y una de ellas fue la optativa "Historia del Arte del Medio y Extremo Oriente". Siempre me sorprendió que una mujer japonesa hubiera abandonado su país, su lenguaje, su cultura... para vivir en el diferentísimo occidente y más concretamente en la contradictoria España...


Samurái


A pesar de que muchos compañeros y compañeras de estudios se quejaban de lo mal que Yayoi pronunciaba en clase y de lo mucho que les costaba seguir sus lecciones yo pensaba en lo diferente que es el lenguaje castellano al japonés, admiraba (y sigo admirándola y siempre la seguiré admirando) lo bien que hablaba nuestro idioma para ser de Japón y cómo pronunciarían todos aquellos estudiantes quejicas y yo mismo el japonés si tuviéramos que impartir en Japón una clase de Historia del Arte a universitarios japoneses... ¡Tener a una profesora japonesa para mí no era un suplicio, era un privilegio!... y cómo ya he dicho lo sigue siendo.

Al mismo tiempo mis amigos (Elio entre ellos) y yo comenzamos a jugar a un juego de rol ambientado en un trasunto épico-fantástico del Japón feudal medieval llamado "La Leyenda de los Cinco Anillos", cuya segunda edición compró Javi y él fue nuestro director de juego. Me encantaba éste juego de rol y me sigue gustando muchísimo pero ésto no se debe tanto al propio juego en sí (que es muy bueno y revolucionó en su momento un tanto las reglas de dados de éste tipo de juegos) sino que fue debido también a las aventuras que Javi ambientaba... Javi fue en mi opinión el mejor director de juego de todos nuestros juegos de rol... aunque eso no quita que las campañas creadas por otros de mis amigos fueran muy entretenidas...

El caso es que el incipiente interés sobre Japón que Elio me transmitió añadido a mi gusto por La Leyenda de los Cinco Anillos, añadido a la posibilidad de estudiar, gracias a Yayoi, un poco sobre la historia, el arte y la cultura niponas me han convertido en un gran aficionado a la cultura japonesa, hasta el punto de pensar que occidente en general, y España en particular, tienen muchísimo que aprender, incorporar y copiar de la cultura nipona.


Portada de la segunda edición de "La Leyenda de los Cinco Anillos"

Portada de la tercera edición de "La Leyenda de los Cinco Anillos"

Portada de la cuarta edición de "La Leyenda de los Cinco Anillos"

La cultura tradicional japonesa se encontró desde sus inicios completamente influenciada por dos causas: 1) la proximidad de la importante y poderosa cultura China y 2) la importancia de la Naturaleza, de sus cambios y de las catástrofes naturales, muy comunes en las islas que componen el Estado de Japón.

De China tomó Japón la escritura ideogramática, los cultivos del arroz, del bambú, del té, la fabricación de la seda, el concepto del estado político confucianista y la religión budista, que ha convivido hasta hoy en perfecta armonía junto al shintoísmo, la religión animista nativa y propia de Japón.

Fue el siglo VII d. C. cuando la leyenda cuenta que el Estado de Japón fue creado por el legendario emperador Jinmu-Tenno, pero dejando de lado las leyendas se puede decir que el primer imperio que Japón creó se basó a todas luces en el imperio chino. La grandiosidad, prosperidad, complejidad y los avances tecnológicos y científicos de la China del momento fue el gran imán y espejo de cualquier país vecino que pretendiera crear un imperio propio, como fue el caso de Japón. Por eso me parece oportuno mencionar algunos rasgos fundamentales que crearon el complejo "gigante asiático".

Para comprender parte de la complejidad de la antigua China es fundamental saber que durante los muchos y oscuros siglos que precedieron a la creación de su imperio, lo que hoy en día forma la República Popular de China fue un conglomerado de países que se encontraban en perpetuas guerras y luchas intestinas por expandir su territorio y su poder. Ante tal caos político e inseguridad estatal y ciudadana surgieron dos filosofías, dos maneras de enfrentarse a, y entender, la vida cuando la misma no vale nada... o menos...


Yin y Yang



1) El Taoísmo. Fue creado, según la leyenda y la tradición, por Lao Tse en el siglo VI antes de nuestra era, a quien se le atribuye la escritura de su libro fundacional: el "Tao Te King", cuya difícil traducción en castellano (debido a sus muchísimas traducciones posibles) podría ser algo así como "El Camino del Vacío y su Virtud".

Según la observación del comportamiento de la Naturaleza el Taoísmo promulga que en el universo existe un principio básico y fundamental que está en continua transformación: el Tao o Vacío. Según el Taoísmo la Forma surge del Vacío y la Forma se destruye para volver al Vacío. Es decir, una persona cuando es engendrada toma forma del Vacío, se hace materia, se hace Forma, pero al morir esa misma persona regresa al principio que lo engendró, regresa al Vacío, y así ocurre continuamente en un ciclo perfecto y eterno. De aquí surgió el concepto de Yin y Yang (en todo lo "bueno" hay algo "malo" y en todo lo "malo" hay algo "bueno"...)...

Para el Taoísmo lo que deben hacer los seres humanos es ser uno con el Vacío, es decir "fluir" en consonancia con la Naturaleza y aceptar cualquier cambio que ésta depare. Es decir, ante el caos político y la inseguridad generada por las guerras el Taoísmo promulga una especie de "anarquismo". Si no hay Estado político estable ni es posible crearlo lo que debe hacer la humanidad es olvidarse del Estado, no hacer política y vivir en armonía con la Naturaleza sin preocuparse por los cambios que ésta depare, por el paso del tiempo, el hambre, la vejez, las catástrofes naturales, la propia muerte... Según el Taoísmo cuando no haya Estado y todo el mundo se preocupe por "ser uno con el Vacío" no habrá guerras, ni luchas, ni inseguridad... Habrá armonía, habrá perfección... No hay por qué ni de qué preocuparse, todo es un ciclo continuo en el que del Vacío surge la Forma y la Forma vuelve al Vacío...

Es una filosofía que se basa en una profunda comprensión y observación de la Naturaleza.



Confucio



Confucio


2) El Confucianismo. Fue creado según la tradición por Kong Fu Tzi, que fue traducido y conocido en Europa como Confucio. Su filosofía no se le debe sólo a él, pues sus discípulos continuaron escribiendo libros que recogían las enseñanzas de su maestro durante varios siglos tras su muerte, pero comenzó a extenderse más o menos al mismo tiempo que el Taoísmo, llegando incluso a incorporar a su filosofía parte de las enseñanzas de "El Camino del Vacío y su Virtud".

Pero en esencia el Confucianismo promulga algo completamente opuesto al Taoísmo, defiende que la humanidad sólo puede vivir bajo un gobierno central, fuerte, inamovible y completamente estable ... aunque no "dictatorial" ya que se basa en "el gobierno de los mejores". Según Confucio y sus seguidores la sociedad humana debe basarse en una jerarquía (en cuya cúspide se encontraría el Señor del Cielo), a pesar de que todos los seres humanos son iguales, pero unos deben prevalecer sobre otros, y deben existir los subordinados, por el bien común y el de toda la humanidad ya que sin ésta jerarquía el ser humano pierde su sentido como tal.

Entre las ideas que inspiraron el Confucianismo está la de "compórtate con los demás como querrías que se comportaran contigo" y gracias a sus ideas el Antiguo Imperio chino creó una serie de oposiciones para los funcionarios públicos, lo que ayudó sin duda a crear un gobierno dinámico, brillante, complejo, avanzado y asombroso.

El Japón Antiguo asumió éstas dos filosofías, tanto el Taoísmo como el Confucianismo, pero con el tiempo, y el aislamiento en el que el país se sumió durante muchísimos siglos tras su primer y casi único contacto con una civilización "exterior", dieron lugar a una idiosincrasia propia y singular.

En el Japón Antiguo el Taoísmo se fusionó con el Budismo para dar como resultado el Budismo Zen. Mientras que el Budismo como religión genérica proclama que todos los males del ser humano proceden del "deseo" y lo que debemos hacer para liberarnos de nuestros sufrimientos es "no desear", el Zen trata de atajar la fuente misma del "deseo", es decir, para alcanzar la iluminación, para alcanzar la sabiduría suprema y "ser uno con el Vacío" o "con el universo" todo lo que hay que hacer es "no pensar", puesto que "pensar" conduce a "desear", y, por lo tanto, a sufrir o a sentirse desgraciado.


Jardín zen


Jardín zen


Jardín zen


El Confucionismo en Japón, por su parte, no se adaptó como lo hizo en China, los antiguos japoneses tomaron la jerarquía celestial que promulgaba Confucio y sus seguidores como algo mucho más cerrado, mucho más hermético y asociado a la familia y las dinastías consanguíneas. Por lo que el "gobierno de los mejores" chino se transformó en el país nipón en un gobierno oligárquico copado por las familias nobles. Es en la versión que el Japón Antiguo adaptó del Confucionismo donde encajan los samuráis, en su sociedad y en su concepto de la política.

Las antiguas familias nobles japonesas, que con el tiempo fueron especializándose en la guerra y sus rudimentos para conquistar territorio, controlarlo y mantenerlo, crearon con el tiempo la casta conocida como "samurái", que apareció alrededor del siglo X de nuestra era, la casta formada por las familias nobles dedicadas a la guerra.

Para comenzar a analizar a los samuráis es importante saber que ésta palabra significa "sirviente" y es importante recordarlo porque lo primero y más importante que debía saber un samurái es que todo lo que poseía, incluso su propia vida, se lo debía a su señor. Éste concepto era fundamental para mantener lo más importante dentro de un ejército de personas dedicadas a la guerra: la disciplina.

La disciplina de los samuráis se basaba en su concepto del "honor". Para los samurái su honor era lo que los diferenciaba de las clases plebeyas, se suponía que habían dado la palabra a su señor de servirle, incluso entregando su vida literalmente por él. Para un samurái llegaba a ser un honor morir por su señor, si se daba el caso de que el samurái era derrotado y perdía la vida en batalla o en otra misión encaminada a servir a su señor o a protegerle, significaba que había cumplido con su palabra y que era una persona "honorable".

Este concepto llegaba al extremo en el ritual del "seppuku", el suicidio ritual que los samuráis practicaban para pagar por un error grave que habían cometido en su labor de "servicio" al señor, para evitar la vergüenza de ser derrotados, para evitar ser capturados por el enemigo, para seguir al señor en la muerte o como modo de protesta ante el mismo señor.

Akashi Gidayu se dispone a cometer seppuku


La palabra "harakiri", por la que en occidente conocemos a éste suicidio, en Japón se considera vulgar, significa literalmente "desgarramiento del vientre" pero la palabra seppuku hace referencia directamente al ritual por el que una persona (generalmente un samurái) recupera su honor perdido de la manera más extrema y última de la que dispone. De hecho en el Antiguo Japón el seppuku era un derecho que no poseía todo el mundo y que se asociaba al honor que poseían las familias nobles, no todo el mundo tenía derecho a cometer seppuku...

¿Por qué desgarrarse el vientre? Es una muerte muy dolorosa y demasiado lenta... ¿Por qué no escogieron un forma más rápida o indolora de suicidarse? Porque los antiguos japoneses creían que su alma estaba en el vientre y si lo desgarraban dejarían libre su alma. Pero como ya dije tiene la pega de ser una forma muy lenta de morir. Por eso existía la figura del "kaishaku" que significa "segundo", otro samurái que se colocaba detrás de aquel que realizaba seppuku y le "ayudaba" a morir cortándole la cabeza después de que el primero se hubiera rajado el vientre.

De hecho los samuráis tenían un arma específica que tenía éste posible destino o función: el (o la) wakizashi. Formaba parte de las armas básicas de todo samurái, junto a la katana componían el daisho, las armas que distinguían a los samuráis de los plebeyos. Todo aquel que portara daisho en público no sólo estaba ostentando su jerarquía como noble, sino que, además demostraba que estaba dispuesto a matar y a morir por su señor o por su honor en todo momento.

La katana, la espada "larga" del samurái, tenía como función luchar contra el enemigo "exterior", contra todos los demás... Pero la wakizashi, que era una espada gemela a la katana pero de menor tamaño, tenía como objetivo el luchar contra el enemigo "interior", es decir, contra el propio samurái que la portaba si éste se deshonraba cometiendo algún error en su labor de servicio al señor o si se deshonraba a sí mismo por cualquier otra circunstancia.


Daisho


Daisho


Daisho


El origen de la katana y su diseño, el arma emblemática de la antigua casta guerrera japonesa, se basa en un sable de caballería. De hecho éste era el papel original de un guerrero samurái en el ejército: en origen y en lo más básico como soldado el samurái era un miembro de la caballería ligera, es decir, un jinete guerrero armado con arco o, en su defecto, con lanza.

Las armas principales de cualquier soldado medieval (como venía ocurriendo desde la Edad Antigua), ya fuera en occidente o en oriente, eran el arco o la lanza. Cualquier otro arma se usaba por defecto o como último recurso. Es decir, la espada se llevaba por si alguna de las armas principales del soldado se rompía, si se quedaba sin flechas o si debía defenderse cuerpo a cuerpo sin ningún otro recurso.

El hecho de que la lucha con la espada exigía mucha pericia y que dotaba al acto bélico de cierto romanticismo, puesto que un guerrero armado con su "último recurso" enfrentado a otro guerrero armado con su "último recurso" ensalzaba a los más hábiles, rápidos y/o fuertes, hizo que la espada y la esgrima en general, como arma y como arte de lucha, adquirieran para la Historia general cierto prestigio, idealismo y romanticismo que no creo que exista en ninguna guerra real.

El caso es que el sable fue diseñado para ser usado desde un caballo a la carrera. La curva de su filo, añadido a la fuerza que otorga la velocidad del caballo a la carrera hace que el corte del sable sea el más limpio y profundo posible. Si a éste hecho le añadimos la circunstancia de que el mineral de hierro es muy pero que muy escaso en las islas que componen el Estado de Japón obtenemos a unos artesanos que trataron de crear las mejores espadas con los menores recursos posibles.

La katana como arma es el resultado de una cultura altamente disciplinada, que trataba de alcanzar la perfección en todo lo que hacía y que, debido a la escasez del mineral de hierro disponible creó la mejor espada posible. Una katana está hecha con finísimas láminas de metal plegadas y unidas entre sí, de hecho es un arma tan afilada que no puede afilarse, si una katana queda mellada se ha estropeado por completo, debe ser reforjada. Si uno trata de afilarla con una piedra para afilar otro tipo de hoja la estropeará y deberá ser reforjada.


Armadura de samurái


Si uno observa bien una armadura de samurái, o una katana mismamente enfundada en su saya (vaina), se dará cuenta de que la mayor parte de las piezas están hechas de madera lacada. Ante la escasez de hierro los japoneses usaron para defenderse lo que tenían en abundancia: madera. Se dieron cuenta de que una capa de laca sobre otra capa de laca, sobre más laca... acababa otorgando a la madera una dureza muy similar a la del metal, pero además la laca tenía una ventaja estética sobre el hierro ya que se le podía otorgar diferentes colores y además podía adquirir un elegante brillo.

Me gustaría en este punto cambiar el discurso y hablar de lo importante que resulta la Naturaleza y el clima en las islas que conforman Japón para la idiosincrasia de la cultura tradicional de sus gentes. Para empezar hay que saber que el clima en Japón es extremista, mientras en verano el ambiente es el propio de una jungla tropical, es decir, muy muy caluroso y húmedo, durante el invierno el clima es similar al de Siberia, es decir, son normales la caída de copiosas nevadas y el frío helador. Este extremismo puede tener un reflejo psicológico en el extremismo de la cultura tradicional japonesa. Pero también hay un aspecto de la Naturaleza propia de las islas japonesas que influyó y, aún hoy en día, sigue influyendo en los japoneses: las catástrofes naturales como los terremotos, tsunamis (palabra japonesa), erupciones volcánicas...

Las islas de Japón se encuentran en una zona de grandísima actividad sísmica, lo que garantiza la reproducción de numerosos terremotos de muy diferente intensidad a lo largo de todo el año, además de alguna que otra erupción volcánica de cuando en cuando. Y esto otorga a la consciencia colectiva japonesa de un estoicismo y resiliencia envidiable ante cualquier catástrofe natural. Para ellos las catástrofes naturales son normales, y ya sea de una forma más o menos religiosa o agnóstica lo aceptan nada más y nada menos que como lo que es, la confirmación de que vivimos en la Naturaleza, de que somos producto de ella y como tal podemos también ser destruidos por ella.


Castillo Himeji


Tal vez sea por mi fascinación hacia el Taoísmo o tal vez sea por lo chocante que me resulta esta actitud frente a la idiosincrasia occidental, pero es un aspecto cultural que me llama muchísimo la atención.

Es algo importante señalar que en un país donde los terremotos son frecuentes su arquitectura tradicional está completamente adaptada y pensada para hacer frente a estas catástrofes naturales y por supuesto basada en un material abundante para ellos y completamente funcional: la madera.

Ni que decir tiene que sería impensable que su arquitectura tradicional se basara en la piedra, como la occidental, puesto que el intentar construir una catedral gótica en Japón sería el colmo de la idiotez al ver como cada dos o tres años todos los avances hechos para construirla se vienen literalmente abajo. De esta manera, la arquitectura tradicional japonesa basada en la madera crea edificios sin clavos y con un sistema de complicadas junturas para ensamblar unas piezas con otras, lo cual convierte a sus edificaciones en estructuras de lo más flexible... y resistentes, tal vez no al paso del tiempo por lo efímero de la madera, pero sí a los continuos movimientos sísmicos.

Y alguien podría preguntar ¿y qué hacen con los edificios "históricos" de su patrimonio cultural? ¿acaso los edificios de madera no se pudren ni se carcomen con el paso de los siglos? Si, sus edificios se pudren y se estropean con el paso del tiempo (como los nuestros a pesar de ser de piedra)... Pero al contrario de lo que ocurre con nuestro concepto occidental de edificio "histórico" se reconstruyen cada treinta años, es decir, sus edificios "históricos" no están hechos con la misma madera con la que se construyeron en su inicio, pero son idénticos a los mismos.


Templo budista de Kiyomizu en Kyoto


Este concepto también me fascina puesto que nosotros, como occidentales, creemos que un edificio "histórico" es tal cual como se hizo en su construcción inicial... No hay mayor verdad a medias, por no decir mayor mentira sin más... Muy muy pocos edificios "históricos" occidentales (son raras las excepciones) siguen siendo tal cual como se construyeron en su inicio, puesto que están reconstruidos en otras épocas y estilos, han sido destruidos o han sido destruidos y luego "restaurados" o directamente han sido "inventados" por fantasiosas "restauraciones" poco ortodoxas realizadas por prestigiosos "restauradores" del siglo XIX muy pagados de sí mismos.

¿Y porqué reconstruir sus edificios históricos cada 30 años exactamente? Una madera bien tratada puede tardar siglos en deteriorarse pero para los japoneses 30 años suponen una generación, es lo que una generación tarda en aprender un oficio o un arte en concreto. Es decir, cuando se reconstruye un edificio histórico japonés no solo se está asegurando que éste edificio sea conservado para la generación siguiente sino que además supone una fiesta en la que los maestros arquitectos-carpinteros japoneses pasan el testigo a sus alumnos y les confirman como maestros de su arte.

Mientras que nuestra cultura occidental cree que cualquier aspecto de la realidad puede mantenerse indefinidamente como se hizo en origen ("...por los siglos de los siglos... amén..."), en Japón siempre han sido conscientes de que no hay NADA que dure y se mantenga para siempre y, a diferencia de lo que ocurre con nuestra cultura, son consecuentes con ello.



Arco torii


Arco torii


Mientras escribo todas estas cosas me he dado cuenta de que no he explicado lo que es el "Bushido", el código moral seguido por la mayoría de samuráis. Como el título del artículo muestra "bushido" significa literalmente "camino del guerrero" y hace referencia a una filosofía de vida no escrita. Aunque no hay un texto que ejemplifique este código ético o filosofía de vida puede decirse que el "Bushido" defiende varios aspectos por el que debería regirse el comportamiento de un samurái:

1) HONOR ("meyo"): el aspecto más importante de la vida de un samurái y del que ya he hablado. Subordinado al honor está:

  • DEBER ("chugo"). Un samurái se debe al servicio de su señor y a sus obligaciones como noble.

2) CORAJE ("yu"). Podría ser una subdivisión del Deber, el coraje es lo que un samurái debe poseer para desempeñar a la perfección su trabajo como guerrero, es decir, matar y morir por su señor (o también asumir riesgos y ser consecuente con los mismos, incluso en el caso de que impliquen la propia muerte).

3) COMPASIÓN ("jin"). Un guerrero que se ensaña provocando dolor o sufrimientos innecesarios a sus enemigos derrotados se ofende a sí mismo, ofende a su señor, a sus enemigos y al orden celestial, así como tratar de forma cruel o despótica a sus subordinados y sirvientes. Se debe ser firme pero magnánimo, rotundo pero piadoso con los demás...

4) CORTESÍA ("rei"). Un samurái debe respetar a los demás como muestra de respeto a sí mismo y ser siempre cortés, en la medida de sus posibilidades. Subordinadas a la cortesía están:

  • SINCERIDAD ("makoto") y HONESTIDAD ("gi"): Un samurái debe decir siempre la verdad, de esta manera demostrará siempre no tener nada que ocultar ni dedicarse a algo que no sea la defensa de su honor y el de su señor. La palabra de un samurái es ley y ésta no debe darse ni tomarse a la ligera.

De todas maneras los samuráis son el producto de una sociedad medieval feudal, al igual que las órdenes de caballería occidentales, y era inevitable que con el transcurrir de los tiempos su sentido, presencia y ética dejasen de tener cabida y sentido en el mundo contemporáneo. Hoy en día no hay señores ni siervos, todos somos iguales ante la ley e iguales como ciudadanos de nuestros diversos países. Además la guerra ha dejado de tener también el sentido que tenía en el mundo medieval, donde la continua lucha entre los señores feudales era una forma de vida en sí misma. Sin embargo el romanticismo de su estilo de vida nos sigue fascinando y gracias a juegos de rol como "La Leyenda de los Cinco Anillos" podemos rememorarlos y disfrutar de jugar a ser un samurái sin necesidad de luchar en ninguna guerra medieval y sin necesidad tampoco de esgrimir o poseer ningún arma.

Para finalizar este artículo mencionaré que durante el transcurso de redactado del mismo mi amigo Javi regresó con su familia de donde estuvo viviendo los últimos años y la mayor parte de mis amigos y yo nos hemos vuelto a reunir, junto a nuestro fiel director de juego Javi, para comenzar de nuevo a jugar una nueva campaña de "La Leyenda de los Cinco Anillos".